Las campanas de la Catedral otra vez se escuchan en la ciudad

En 2018 se reparó el histórico reloj de la torre. Y desde los primeros días de 2019 funcionan las 5 campanas centenarias.

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Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   Según cuenta el párroco de la Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Merced, Horacio Andrés Fuhr, la última vez que habían sonado las campanas de dicha parroquia había sido el día de su asunción, el 30 de abril de 2005.

   “La última vez que se tocaron las campanas fue en 2005, cuando llegué yo a la Catedral. De hecho se hizo de manera un poco inconsciente, porque después de eso los ingenieros nos dijeron que ni se nos ocurriera seguir tocándolas porque iba a pasar un desastre”, explicó Fuhr.

   “Así que les hicimos caso, encima la iglesia tenía otras prioridades, arreglamos adentro, cambiamos los pisos, pintamos. Se trabajó durante muchos años para ponerla en valor en los interiores”, agregó.

   Pero hace dos años decidieron que ya había fondos y voluntarios necesarios para comenzar la puesta en valor de un gran pedazo de la historia del edificio ubicado en Sarmiento 72.

   “A principios de 2018 arreglamos el reloj --fue construido en Francia en 1903--, que está en la torre más cercana a Estomba y había dejado de funcionar en 2011. Ahora funciona perfectamente, un señor viene a darle cuerda una vez por semana, después durante una semana anda automáticamente, suena cada 15 minutos y marca todas las horas”. 

   Pero las vedettes del momento son las campanas de la torre más cercana a Zelarrayán, esas que suenan solo en ocasiones especiales como fiestas religiosas, y que no sonaban desde hacía 13 años y medio. 

Las obras

   “Primero nos asesoramos y después intervino una empresa que se dedica a hacer andamios en interiores. Se reemplazó toda una estructura de madera por una nueva de hierro, que permite subir al campanario”.

   El mismo, compuesto por cinco pesadísimas campanas, de las cuales una ni se toca porque está rajada, está ubicado a unos 35 metros de altura y requiere de la labor manual de cuatro hombres para funcionar.

   “Las campanas deberían sonar en las fiestas religiosas, pero no siempre tenemos voluntarios dispuestos a hacerlas sonar, se requiere mucha fuerza. Volvieron a sonar, después de tantos años, el 15 de diciembre, cuando el arzobispo Fray Carlos Azpiroz recibió el palio de manos del nuncio apostólico”.

   El padre Fuhr destacó la importancia de recuperar y mantener vivas estas tradiciones, que en “Europa siguen siendo muy comunes”, explicó que actualmente en nuestra ciudad son pocas las iglesias que tocan las campanas, y comentó que las de la Catedral se suelen escuchar desde 7 u 8 cuadras.

   Por último, y para que la gente tome dimensión de lo que suelen costar las reparaciones de este tipo –-en 2018 los arreglos del reloj y los cambios de andamios de las torres costaron alrededor del millón de pesos--, el sacerdote explicó que la única campana que no funciona de las cinco, para ser reparada, debería ser extraída desde arriba con una grúa enorme y ser trasladada hasta Rosario.